Poema
invadido por romanos
Los
romanos eran maliciosos.
Llenaron
Europa de ruinas
Confabulados con el tiempo.
Confabulados con el tiempo.
Les
interesaba el futuro,
Las huellas más que las pisadas.
Las huellas más que las pisadas.
Los
romanos, Casandra, eran mañosos.
No
fraguaron el Acueducto de Segovia
Como un ducto de agua y de luz.
Lo pensaron como vestigio,
Como un absorto pasado.
Como un ducto de agua y de luz.
Lo pensaron como vestigio,
Como un absorto pasado.
Sembraron
de edificios roñosos Europa,
De estatuas acéfalas
Engullidas por la gloria de Roma.
De estatuas acéfalas
Engullidas por la gloria de Roma.
No
hicieron el Coliseo
Para que los tigres devoraran
A su antojo a los cristianos,
tan poco apetecibles,
Ni para ver ensartadas
Como entremeses del infierno
A las huestes de Espartaco.
Para que los tigres devoraran
A su antojo a los cristianos,
tan poco apetecibles,
Ni para ver ensartadas
Como entremeses del infierno
A las huestes de Espartaco.
Pensaron
su ruina, una ruina proporcional
A la sombra mordida del sol que agoniza.
A la sombra mordida del sol que agoniza.
Mi
amigo Dino Campana
Pudo haber saltado a la yugular
De uno de sus dioses de mármol.
Pudo haber saltado a la yugular
De uno de sus dioses de mármol.
Los
romanos dan mucho en qué pensar.
Por
ejemplo,
En un caballo de bronce
Dela Piazza Bianca.
A l momento de restaurarlo,
Al asomarse a su boca abierta,
Encontraron en el vientre
Esqueletos de palomas.
En un caballo de bronce
De
A
Al asomarse a su boca abierta,
Encontraron en el vientre
Esqueletos de palomas.
Como
tu amor,
Que se vuelve ruina
Mientras más lo construyo.
Que se vuelve ruina
Mientras más lo construyo.
El
tiempo es romano.
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