martes, 29 de septiembre de 2015

XAVIER VILLAURRUTIA GONZÁLEZ




Nocturno muerto



Primero un aire tibio y lento que me ciña
Como la venda al brazo enfermo de un enfermo
Y que me invada luego como el silencio frío
Al cuerpo desvalido y muerto de algún muerto.

Después un ruido sordo, azul y numeroso,
Preso en el caracol de mi oreja dormida
Y mi voz que se ahogue en ese mar de miedo
Cada vez más delgada y más enardecida.

¿Quién medirá el espacio, quién me dirá el momento
En que se funda el hielo de mi cuerpo y consuma
El corazón inmóvil como la llama fría?

La tierra hecha impalpable silencioso silencio,
La soledad opaca y la sombra ceniza
Caerán sobre mis ojos y afrentarán mi frente.


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