Unicidad
Unicidad
Miro
los edificios,
el
mundo construido por hombres,
donde
habitan, respiran
afán
y exhalan ironía.
Sus
mentes galopan huidizas
y
sus corazones pasmados.
Son
sus noches aflicciones y tortura,
rechazan
el reposo que la oscuridad ofrece.
El
silencio los hostiga y danzan
acompasados
al sonido de los metales.
El
hambre y la sed les son desconocidas.
Sin
espíritu los hombres braman,
se
aparean, son acechados por quimeras.
Disputan
y devoran la carroña.
Y
cuando siembran, se lían,
sonriendo,
enmudecidos, se envilecen
alegres
el cenit contemplan,
pero
el dolor se apodera de su entraña
y
ceden ante la inmensidad del cosmos.
Pronto
se recuperan y arrebatan
a
la tierra flor y fruto,
hacen
arder el océano.
Muerte
y hombre son uno solo.
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