Ritmos
La
hoja (o la que crea el pensamiento)
en la mágica
plenitud de la siesta.
Cuerpos
y
estatuas
en uno y otro mar
como en las páginas de una edición bilingüe
confrontados
en
esa luz no interrumpida en el papel,
el
gótico arañar de suspendidos
y
mutables signos entre anchas resacas
del lenguaje.
El auriga bosteza en el pescante de la vieja
tartana
agosto
abrasa el fruto con fórmula severa
y la
palabra excede horror.
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