Reina del arpa y del amor
Evocadora de Jerusalenes
de las graves Afroditas místicas,
de Salomón el creador de harenes
y sumo pájaro de las lingüísticas...
Duermen tus manos de prerrafaelísticas
insinuaciones todos mis vaivenes;
manos que son custodias eucarísticas
para las regias hostias de tus sienes.
¡Vamos a Dios! Entre floridos cánticos,
piquen tus dedos, pájaros románticos,
el Arpa antigua del vergel de Sión...
Y alzando a ti mi beso, en un hipnótico
rapto de azul, como en un cáliz gótico
beberé el vino de tu corazón.
De: “Las clepsidras”
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