A una gota de rocío
Lágrima
viva de la fresca aurora,
a
quien la mustia flor la vida debe,
y
el prado ansioso entre el follaje embebe;
gota
que el sol con sus reflejos dora;
Que
en la tez de las flores seductora
mecida
por el céfiro más leve,
mezclas
de grana tu color de nieve
y
de nieve su grana encantadora:
Ven
a mezclarte con mi triste lloro,
y
a consumirte en mi mejilla ardiente;
que
acaso correrán más dulcemente
las
lágrimas amargas que devoro…
mas
¡qué fuera una gota de rocío
perdida
entre el raudal del llanto mío…!
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