Las
bodas del mar
Ya
acudes a tu cita misteriosa
con
el inquieto mar, luna constante,
y
asoma las playas de Levante,
hostia
de luz, tu cara milagrosa.
En
la onda azul, cual nacarada rosa,
se
abre tu seno con pasión de amante,
y
dibuja un reguero rutilante
tu
pie sobre la espuma en que se posa.
El
agua, como un tálamo amoroso,
te
ofrece sus cristales movedizos
donde
tiendes tu cuerpo luminoso.
Y
al ostentar desnuda tus hechizos,
el
mar, con un abrazo tembloroso,
te
envuelve en haz de onduladores rizos.
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