Y vagar
Naces,
entre dolores
para
dar a la muerte un nuevo cuerpo
que
llevas a la nada,
seguir
entre quimeras,
para
alcanzar hasta los desengaños;
amar
sin ser amado
para
saber de las desolaciones
y
conocer entonces
que
la grandeza del alma es una horrible
ironía
de Dios…
Y
tener un cerebro que nos haga
saber
serenamente
que
nuestro propio mal a nadie importa;
y,
al fin de la jornada,
abandonar
el cuerpo a los gusanos
y
seguir caminando.
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