jueves, 1 de diciembre de 2016

DELMIRA AGUSTINI




Inextinguibles



¡Oh tú que duermes tan hondo
que no despiertas!

Milagrosas de vivas,
milagrosas de muertas,
y por muertas y vivas
eternamente abiertas,

alguna noche en duelo
yo encuentro tus pupilas
bajo un trapo de sombra
o una blonda de luna.

Bebo en ellas la Calma
como en una laguna.

Por hondas, por calladas,
por buenas, por tranquilas
un lecho o una tumba
parece cada una.



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