sábado, 23 de junio de 2012

FRANCISCO GRANIZO RIBADENEIRA


  



De ti, exacta, la cifra



De ti, exacta, la cifra
del principio y el término,
la plenitud del cero,
la frecuencia infinita.

La total armonía
de tu cuerpo en mi cuerpo,
tu sonido y tu tiempo
y tu peso de vida

Traspasada del nombre
ningún nombre te acoge
más, audible, inefable,

y la mano te sabe
por tu olor y tu porte
de dulcísimo alfanje

Este es mi amor y nada más, acodo
recurriéndote, así, terriblemente,
nacido, desnacido, adolescente
en las albas dulcísimas del lodo.

Sólo de esta mi suerte, de tu modo,
talud de sangre, cántaro cayente,
ordenarás dolor, asiduamente,
zafado peso, acaecer de todo.

Abierto a mi hambre de tus hambres. Duro
pájaro, por la piel, enfurecidos
acúdenme tu olor y ligereza.

¡Tacto! Desde la carne del conjuro,
atacado de todos tus sonidos,
vuélame el corazón, alto, tu presa.


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