Buenas
noches, tristeza
La
vida siempre acaba mal.
Siempre promete más de lo que da
y no devuelve
nunca el furor,
el entusiasmo que pusimos
al apostar por ella.
Es como si cobrase en oro fino
la calderilla que te ofrece
y sus deudas pendientes
-hoy por hoy-
pueden llenar mi corazón de plomo.
Siempre promete más de lo que da
y no devuelve
nunca el furor,
el entusiasmo que pusimos
al apostar por ella.
Es como si cobrase en oro fino
la calderilla que te ofrece
y sus deudas pendientes
-hoy por hoy-
pueden llenar mi corazón de plomo.
No
sé por qué agradezco todavía
el beso frío de la calle
esta noche de invierno,
mientras que me reclaman,
parpadeando,
sus ojos como luces de algún puerto.
Por qué espero el calor que se fue tantas veces,
el deseo
por encima de todas las heridas.
el beso frío de la calle
esta noche de invierno,
mientras que me reclaman,
parpadeando,
sus ojos como luces de algún puerto.
Por qué espero el calor que se fue tantas veces,
el deseo
por encima de todas las heridas.
Pero
acaso me calma una tibia tristeza
que ya no me apetece combatir.
que ya no me apetece combatir.
Todo
sucede lejos o se apaga
como los pasos que no doy.
como los pasos que no doy.
La
vida siempre acaba mal.
Y bien mirado:
¿puede terminar bien lo que termina?
Y bien mirado:
¿puede terminar bien lo que termina?
De "Pensando que el
camino iba derecho" 1982
No hay comentarios:
Publicar un comentario