Canción
de la búsqueda
Todavía
te busco mujer que busco en vano,
mujer
que tantas veces cruzaste mi sendero,
sin
alcanzarte nunca cuando extendí la mano
y
sin que me escucharas cuando dije: "te quiero..."
Y,
sin embargo, espero. Y el tiempo pasa y pasa.
Y
ya llega el otoño, y espero todavía:
De
lo que fue una hoguera sólo queda una brasa,
pero
sigo soñando que he de encontrarte un día.
Y
quizás, en la sombra de mi esperanza ciega,
si
al fin te encuentro un día, me sentiré cobarde,
al
comprender, de pronto, que lo que nunca llega
nos
entristece menos que lo que llega tarde.
Y
sentiré en el fondo de mis manos vacías,
más
allá de la bruma de mis ojos huraños,
la
ansiedad de las horas convirtiéndose en días
y
el horror de los días convirtiéndose en años...
Pues
quizás esté mustia tu frente soñadora,
ya
sin calor la llama, ya sin fulgor la estrella...
Y
al no decir: "¡Es ella!" - como diría ahora -,
seguiré
mi camino, murmurando: "Era ella..."
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