viernes, 2 de enero de 2015

ALFONSINA STORNI


 
El hijo

 

Se inicia y abre en tí, pero estás ciega
para ampararlo y si camina ignoras
por flores de mujer o espada de hombre,
ni qué alma prende en él, ni cómo mira.

Lo acunas balanceando, rama de aire,
y se deshace en pétalos tu boca
porque tu carne ya no es carne, es tibio
plumón de llanto que sonríe y alza.

Sombra en tu vientre apenas te estremece
y sientes ya que morirás un día
por aquél sin piedad que te deforma.

Una frase brutal te corta el paso
y aún rezas y no sabes si el que empuja
te arrolla sierpe o ángel se despliega.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario