lunes, 22 de junio de 2015

JORGE GUILLÉN


 

Salvación de la primavera

 

Ajustada a la sola
desnudez de tu cuerpo,
entre el aire y la luz
eres puro elemento.

¡Eres! Y tan desnuda,
tan continua, tan simple
que el mundo vuelve a ser
fábula irresistible.

...Mi atención, ampliada,
columbra. Por tu carne
la atmósfera reúne
términos. Hay paisaje.

Esos blancos tan rubios
que sobre tu tersura
la mejor claridad
primaveral sitúan.

Es tuyo el resplandor
de una tarde perpetua.
¡Qué cerrado equilibrio
dorado, qué alameda!...)

 

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