El hijo de la tierra
Si
me toca volver, si me tocara
volver
a lo hondo, al haz de los rastrojos,
a
lo hondo triste que encendió mis ojos,
a
lo hondo cruento que labró mi cara;
si
a mi propio nacer volviera para
remodelar
mis raíces y despojos,
y
tocando ese erial de fuegos rojos
mi
propio origen, fuerte, me tallara:
volvería
a cumplir el mismo rito,
volvería
a cantar del mismo modo,
volvería
a esplender el mismo nombre.
Pues
arbolando siempre el mismo grito,
la
misma luz transformaría todo,
¡la
misma luz coronaría a un hombre!
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