lunes, 25 de julio de 2016

LUIS FELIPE VIVANCO



  
Confidencia

                                               «Añicos de corazón por tierra gritando:
                                                                    recogednos, ya es hora»
                                                                                      Juan Larrea




La tristeza con que te amo tiene un ritmo que no construye lo que te dosifica
      e inmuniza sobre sueños de hamaca

Perpleja como esquina peligrosa y como si esperara temiera adivinara y
      empezara otra vez a suspirar cuando ya no es hora

El caso es que no tengo ni la menor sospecha de evasión  a tu  costa por los
alrededores y pasillos asiduos de una herida prohibida
El caso es que suspiro de no poder abrir la senda y el color del precipicio
      la maleza de tu voz                y desmayo de un párpado atractivo

Silencio los achaques de mi experiencia nueva desde el profundo malestar
      de un hado que no tiene ya fuerzas para triunfar contigo plenamente

La tristeza con que te amo no se escapa a la noche y su estirón de altura
      no duerme en tus rodillas plegadas junto al fuego

Tendría que ahuyentar las dudas atmosféricas y echar mano de ti para mi
      agregación al cuarzo y otras límpidas sonrisas minerales

Tendría que agotar la conjetura frágil que espía el nacimiento de tus ojos
      y tus labios cantando de oreja transparente y piedrecillas sueltas

El caso es que te amo sin memoria pero con ave-fénix de tus piernas desnudas
      que afirman su juventud curiosa y estudiante a cada salto

Tu futuro amueblado con ternura de amante y vocación de idilio de Rut la Moabita
      se aleja entre pisadas y resaca fatal de mis lecturas rusas

Pero tu aguja enhebra el helio y el hidrógeno de una estrella naciente donde aprende
      a ocupar su lugar en el verso la tristeza con que te amo



De: "Prosas propicias"

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