martes, 9 de mayo de 2017

EFREN REBOLLEDO




El vampiro



Ruedan tus rizos lóbregos y gruesos
Por tus candidas formas como un río,
Y esparzo en su raudal crespo y sombrío
Las rosas encendidas de mis besos.
En tanto que descojo los espesos
Anillos, siento el roce leve y frío
De tu mano, y un largo calosfrío
Me recorre y penetra hasta los huesos.
Tus pupilas caóticas y hurañas
Destellan cuando escuchan el suspiro
Que sale desgarrando mis entrañas,
Y mientras yo agonizo, tú, sedienta,
Finges un negro y pertinaz vampiro
Que de mi ardiente sangre se sustenta.



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