Canción del sueño
La nada
se entreteje con los parpados del aire,
llueve
como hilera entre el envés de los sueños.
Aquella hilera dulce de joyas y escamas
Aquella hilera dulce de joyas y escamas
ya no
acongoja tu vientre,
se ha
vuelto salitre de luz,
impávido
surco que se extingue de mareas.
Cierro
la memoria.
En este
borde flotan riscos que se extienden hasta el alma.
Flotan
pies que se abren con las nubes,
Se
detiene un círculo entre la niebla,
Dibuja
sus manos con luciérnagas de agua.
Hay una
ruina líquida detrás del sueño,
Tus
cabellos se mecen,
Moléculas
explotan en el incesto de los astros,
El
ángel se incinera la vista con sal y opio.
Las
hileras han vuelto, amor,
los
días caen a mis espaldas,
Entran
como silbidos en la migraña de la casa,
Y
nosotros,
Otro
pliegue entre el agua de tu sombra.
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