Julieth y la lluvia
Bajo el mismo
aguacero
fui niño
y seré viejo.
Umberto Senegal
Si algún día vuelvo a morir
procuraré
hacerlo bajo la lluvia,
hay
tanta compasión en cada gota…
Le diré
a mamá que voy a jugar
con el
aguacero en la cancha de arena.
Ella
pronunciará el mismo no
y yo
aprovecharé el rumor del techo
para encubrir
el sonido de la puerta.
La
sonrisa cómplice de Julieth
estará
al otro lado de la cortina de agua
del
alero de su casa.
En la
ventana, como siempre, su abuela
con un
cigarrillo en la boca y nicotina en la mirada,
convirtiendo
el humo en niebla.
Si
algún día vuelvo a morir y la muerte me da tiempo,
le diré
a Julieth que no la olvido, que al final
todos
los saltos nos arrojan al mismo vacío,
que
podemos volver a jugar a la oficina
aunque
ella no vea ya ni juguetes en los libros.
La
llevaré a “los pinos” –donde jugábamos
y nos
escondíamos en las noches– para narrarle
mis 26
años y mostrarle mi inventario de nostalgias.
Si
algún día vuelvo a morir
y
se va la mujer
y regresa la niña,
buscaré
a Julieth en la lluvia…
vamos,
Julieth,
debajo de la cancha de concreto
están nuestros días y noches de juego,
nuestra memoria de arena.
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