Espasmo
Después
de que con lúbrico recreo
ávidos besos en tu boca imprima,
como quien logra ambicionada cima
te escalaré en la fiebre del deseo.
ávidos besos en tu boca imprima,
como quien logra ambicionada cima
te escalaré en la fiebre del deseo.
Buscaré
el montecillo de Himeneo
donde celoso musgo lo escatima,
y en contubernio de tu carne opima
llegaré del deleite al apogeo.
donde celoso musgo lo escatima,
y en contubernio de tu carne opima
llegaré del deleite al apogeo.
Pasado
el lujurioso escalofrío,
sentiré ante tu carne poseída
odio a tu cuerpo, repugnancia al mío;
sentiré ante tu carne poseída
odio a tu cuerpo, repugnancia al mío;
y también
la congoja repetida
de ver que sólo a destilar hastío
se abre, mujer, tu impenitente herida.
de ver que sólo a destilar hastío
se abre, mujer, tu impenitente herida.
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