M.M.C.
Miro
tu rostro.
Imagino
que habríamos sido felices
si fuera joven
como tú,
sin un pasado,
sin las convicciones que compramos al tiempo.
si fuera joven
como tú,
sin un pasado,
sin las convicciones que compramos al tiempo.
Miro
tu rostro
y confirmo
que nada tiene ya sentido:
tu hermosura debería ser mi sal de cada día
tu juventud me haría vivir otros veinte años.
y confirmo
que nada tiene ya sentido:
tu hermosura debería ser mi sal de cada día
tu juventud me haría vivir otros veinte años.
Miro
tu rostro
y me pregunto:
y me pregunto:
¿Quién
estableció esta rutinaria separación de edades?
¿Quién
la fidelidad como hierro inamovible?
¿Quién
nos quitó la realidad
y sólo nos dejó el deseo?
y sólo nos dejó el deseo?
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