De “Sueño”
¿Por
qué no hablamos nunca, largamente,
tú
y yo, padre, cuando esto era posible,
como
dos hombres, como dos amigos
o
dos desconocidos que se encuentran
en
la jornada y echan un cigarro
y
se sientan al borde de la vida
mirando
pasar la tarde y el camino
y
hablan, hablan y callan, pausas de humo,
miradas
vagas, las palabras caen
o
se quedan flotando en el silencio;
a
veces dicen la verdad primera,
el
origen, la fuente y se desnudan.
Las
palabras desnudas amanecen.
Por
qué no hablamos nunca, solos, largo?.
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