La
mancha de púrpura
Me
impongo la costosa penitencia
de no mirarte en días y días, porque mis ojos,
cuando por fin te miren, se aneguen en tu esencia,
como si naufragasen en un golfo de púrpura,
de melodía y de vehemencia.
de no mirarte en días y días, porque mis ojos,
cuando por fin te miren, se aneguen en tu esencia,
como si naufragasen en un golfo de púrpura,
de melodía y de vehemencia.
Pasa
el lunes y el martes y el miércoles... Yo sufro
tu eclipse, ¡oh criatura solar!, mas en mi duelo
el afán de mirarte se dilata
como una profecía; se descorre cual velo
paulatino; se acendra como miel; se aquilata
como la entraña de las piedras finas;
y se aguza como el llavín
de la celda de amor de un monasterio en ruinas.
tu eclipse, ¡oh criatura solar!, mas en mi duelo
el afán de mirarte se dilata
como una profecía; se descorre cual velo
paulatino; se acendra como miel; se aquilata
como la entraña de las piedras finas;
y se aguza como el llavín
de la celda de amor de un monasterio en ruinas.
Tú
no sabes la dicha refinada
que hay en huirte, que hay en el furtivo gozo
de adorarte furtivamente, de cortejarte
más allá de la sombra, de bajarse el embozo
una vez por semana, y exponer las pupilas,
en un minuto fraudulento,
a la mancha de púrpura de tu deslumbramiento.
que hay en huirte, que hay en el furtivo gozo
de adorarte furtivamente, de cortejarte
más allá de la sombra, de bajarse el embozo
una vez por semana, y exponer las pupilas,
en un minuto fraudulento,
a la mancha de púrpura de tu deslumbramiento.
En
el bosque de amor, soy cazador furtivo;
te acecho entre dormidos y tupidos follajes,
como se acecha a una ave fúlgida; y de estos viajes
por la espesura, traigo a mi aislamiento,
el más fúlgido de los plumajes:
el plumaje de púrpura de tu deslumbramiento.
te acecho entre dormidos y tupidos follajes,
como se acecha a una ave fúlgida; y de estos viajes
por la espesura, traigo a mi aislamiento,
el más fúlgido de los plumajes:
el plumaje de púrpura de tu deslumbramiento.
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