miércoles, 26 de noviembre de 2014

CÉSAR MORO



El humo se disipa

 
                          A donde voraz y ciego
                         Es el Minotauro el fuego
                        Y es el laberinto el humo
                            Calderón de la Barca

 

Tu aliento es como la mejor mañana fresca de olor de aves y de mar un
            velamen cruza veloz la foresta interdicta de tu aliento donde los
            pájaros se columpian picoteando estrellas mientras un galope
            tendido de gacelas transtorna las flores y las convierte en piedras
            de luna y el silencio recorre la escala de tu aliento de fuente y de
            montaña nevada.
Frente a frente tu aliento el soplo aterrador de la primavera en los
            bosques de nieve eterna iniciando el desfile de los témpanos
            coronados de osos polares flameantes
Tu aliento certero en medio del corazón una piedra que cae en el estanque
            dormido y levanta geiseres de estrellas enloquecidas que buscan su
            origen en tu boca
Tu aliento es un despeñadero en el que caen árboles enteros y el ruido se
            tapiza y las frutas maduran y todo se volatiliza en una caída sin
            término
La mañana perfila los cendales de tu aliento y la tormenta tiene olor de tu
            saliva y tu saliva es el cráter de donde vuelan los peñascos
            enfurecidos portadores de mensajes ilegibles.
Tu aliento de meteorito disparado desde el cielo cayendo en un bosque
            ardiente chamuscando leopardos y provocando el alarido de los
            elementos
Tu aliento es humareda de ignición de poemas obscenos tu aliento
            precipitándose a mansalva sobre campos inmensos bajo la luna
Tu aliento en la mañana la nostalgia de la noche fulgurante de rayos que
            bordan en el cielo las cataratas de tu aliento

De "La tortuga ecuestre"

 

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