sábado, 14 de febrero de 2015

FRANCISCO ÁLVAREZ


 

Desnudo

 
 
Desnuda al pie de la vetusta encina
alza los brazos en ofrecimiento,
y el arroyo se acerca, claro y lento,
roba sus formas y se arremolina.

Desierto está el paisaje. En la colina
rompe el amanecer, y en un momento
invisibles tentáculos de viento
la envuelven en espira clandestina.

Oh, libertad del cuerpo despojado
de vestimenta inútil, que ha logrado
revestirse de luz y de color.

Belleza de los senos descubiertos,
de temblorosos muslos entreabiertos,
y en los ojos azules el candor.

 

 

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