viernes, 1 de julio de 2016

JUAN LOZANO Y LOZANO




Un recuerdo



El tren paró bajo la noche oscura.
-¡Viareggio!  Diez minutos! gritó alguno.
Y los dos nos mirábamos, en uno
como albor repentino de ternura.

Amistades de viaje... La dulzura
de una voz que nos dice: ¿Lo importuno?
Un palique trivial como ninguno.
Nada más... Y un recuerdo que perdura.

Descendió la gentil desconocida,
la despedí con algo de mi vida,
y porque la emoción fuese más pura,

sólo besé sus dedos en la yema,
pues el encaje de la manga crema
bajaba hasta cubrir la coyuntura.


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