El pensamiento feroz de algo pequeño
Cuando
éramos bellos e inmortales y las moscas y gusanos
estaban
lejos de nuestra nítida visión de niños sobre la tierra.
Cuando
ella era un vestido en donde colgar los sueños.
Cuando
era ese grano sorprendido en la tortuga que
/viaja por galaxias.
Cuando
nuestras manos eran ciegas y descarnadas
buscando
miel y llanto
nuestros
pies eran sombras lunares
mandadas
a lavar con diosas y termitas
nuestros
cuerpos eran el hueso
donde
se regocijaban el perro o la rata.
Éramos
todo eso y la tierra era joven y lejana.
Cuando
teníamos la inocencia estúpida bajo las axilas
y un
monstruo de dos cabezas dormía en la misma almohada.
Éramos
tú y yo terribles insectos devoradores de ideas, de silencios.
Cuando
como brillo de un pensamiento o relámpagos de sabia luz
existíamos
incómodos buscando preguntas dentro del sombrero,
dentro
del conejo, dentro del mago.
Cuando
éramos bellos e inmortales fuimos engañados,
entonces
yo, era un imbécil confiado, y tú, gentil y en silencio,
nos
dimos de amantes contra el suelo.
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