jueves, 12 de noviembre de 2020

JUAN BAUTISTA ARRIAZA

 

 


Perdí mi corazón...

 

 

Perdí mi corazón -¿lo habéis hallado,
ninfas del valle en que penando vivo?- 
ayer andando solo y pensativo, 
suspirando mi amor por este prado. 

Él huyó de mi pecho desolado
como el rayo veloz, y tan esquivo 
que yo grité: "Detente, ¡oh fugitivo!" 
y ya no lo vi más por ningún lado. 

Si no lo conocéis, como en un ara
arde en él una hoguera, y cruda herida 
por víctima de Silvia lo declara.

 

Dadlo, por vuestro bien, que esa homicida
lo hizo tan infeliz que donde para 
mi corazón, ya no hay placer ni vida.

 

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