sábado, 28 de julio de 2012

JOSE PEDRONI






Quinta Luna



Con ojos que te sieguen huidiza,
Soy el azor de tus benditos senos:
Palomas que arrullando inflan el buche,
Vasos que crecen a un divino fuego.

Y en verdad que tu vientre primerizo,
Ni blanco ni moreno,
Calladamente se deforma en cántaro
A la presión continua del misterio.

Ah, si me fuera dado referirte
Lo inexplicable que en el alma siento,
Y hacer de modo que tu angustia santa
Se te vuelva alegría todo el tiempo.

Mujer, en el secreto de tu carne
Es mi destino el que se está cumpliendo;
Y por eso sonrío a tu sonrisa
Y sufro sin querer tu sufrimiento.

Y soy como un pastor ante su tierra
-Que mi tierra es tu cuerpo-;
Pastor que canta o que en la plaga llora
Con los brazos abiertos.

Ah, poco a poco, como un niño triste,
De extraño mal me moriré en silencio,
Si lo que llevas, que es mi propia viña,
Te lo destruye el viento.

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