martes, 11 de diciembre de 2012

HAROLD ALVARADO TENORIO





Bodas de plata



La belleza de tu rostro
y la dulzura de tu voz bastaron
para que te amara. 

Un año pasamos juntos
y luego a él regresaste. 

Ahora, que de nuevo le engañas,
te duele el corazón
y ante a mí
crece tu desgracia:
has comenzado a envejecer.

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