lunes, 28 de abril de 2014

DOMINGO MORENO JIMÉNES


 

La niña Pola

 

¿Qué será de la niña Pola,
que estaba en el campo,
que su padre figuraba tonta
y echaba a rodar a los vientos de la alborada su risa loca?...

Crepúsculo y alma,
ingenuidad y gloria;
suspirillos de un pecho que no había tenido pesares nunca,
inquietud de unos ojos que habían rondado por la montaña,
tras el arco-iris que los corpúsculos tornasola...

Sobre blanco rojo,
y sobre rosado, moreno.
Brillo como aquel brillo, yo no he encontrado ni en
                                       el diamante ni en el destello;
castidad parecida,
ni en la albahaca ni en el romero,
ni en la petunia, ni en la magnolia, ni en la paciencia;
(el sol de espaldas o el sol de hinojos junto al cerro...)

—Es muy tranquilo; pero me lleva catorce años.
(¡Oh, si supieras, cuántos abismos, cuántos obstáculos,
salvo en la tarde, salvo en el alba, para tenerte junto a
                                                                mi sueño!)

¿Qué será de la niña Pola,
que estaba en el campo,
que su padre figuraba tonta
y echaba a rodar a los vientos de la alborada su risa loca?...

La sangre aborta, y a las miradas que están en éxtasis
no le es posible seguir el curso ya desarbolado de la
                                                                   égloga!...


(1927)

 

 

 

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