Al poeta José J.
Pérez
Hasta
la selva, donde ensayo a veces
himno sin forma, fugitiva endecha,
me llegó tu canción; y su armonía
aun repiten los ecos de mi selva.
himno sin forma, fugitiva endecha,
me llegó tu canción; y su armonía
aun repiten los ecos de mi selva.
¿Qué
mucho si engañado por su acento,
finjo que en luz mi aspiración se anega;
cuando ese resplandor es el reflejo
del préstamo de luz con que la obsequias?
finjo que en luz mi aspiración se anega;
cuando ese resplandor es el reflejo
del préstamo de luz con que la obsequias?
Así,
de su abundancia se desprende,
sin vivo esfuerzo ni ostensible merma,
y en cascada de flores nos inunda
con generoso donla
Primavera.
sin vivo esfuerzo ni ostensible merma,
y en cascada de flores nos inunda
con generoso don
Cierto
que en mis impulsos yo he sentido
lo que sentís vosotros los poetas.
Dolor ante las grandes pequeñeces
que el hombre cambia con su igual en guerra.
lo que sentís vosotros los poetas.
Dolor ante las grandes pequeñeces
que el hombre cambia con su igual en guerra.
Asfixia
entre las sordas tiranías
que han henchidola Historia
y el planeta:
desdén de las sutiles distinciones
en que sin fin la sociedad se estrella.
que han henchido
desdén de las sutiles distinciones
en que sin fin la sociedad se estrella.
Confusión,
cuando -leño entre las ondas-
de sus pasiones insensibles presa,
no pude discernir si la arrastraba
el mar, o si su propia inconsistencia.
de sus pasiones insensibles presa,
no pude discernir si la arrastraba
el mar, o si su propia inconsistencia.
Ante
eso, y algo más, nos detuvimos
mi mente y yo, con no fingida pena.
Ante eso, y algo más, el bien eterno
clamoreo en el umbral de la conciencia.
mi mente y yo, con no fingida pena.
Ante eso, y algo más, el bien eterno
clamoreo en el umbral de la conciencia.
Cierto
que cual vosotros yo he sentido
-con vehemente emoción el alma trémula-
retoñar a la vida la esperanza,
como campo que invade savia nueva.
-con vehemente emoción el alma trémula-
retoñar a la vida la esperanza,
como campo que invade savia nueva.
Porque
vi que aun existen, triunfadoras,
del espléndido sol la luz perpetua;
y que un simple episodio del verano
el truhán invierno con sus nieves era.
del espléndido sol la luz perpetua;
y que un simple episodio del verano
el truhán invierno con sus nieves era.
Porque
vi que existen, triunfadoras,
con calidades blandas y risueñas,
la esperanza en el seno de los hombres,
la inmensidad, a expensas del poeta.
con calidades blandas y risueñas,
la esperanza en el seno de los hombres,
la inmensidad, a expensas del poeta.
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