Por lo que quiero irme
Para Lupe,
con mi vieja admiración de bardo.
Me he aferrado al gran sueño de morirme
por lo que Dios ha visto que me pasa.
Desde el cuatro de enero no es mi casa
esta en que estoy.
Por eso quiero irme.
Desde cuando despierto hasta el dormirme,
afónico dolor viene y me abrasa
sin que logre mi fe, débil y escasa,
de sus brazos combustos desasirme.
Mi alma es un alma en pena.
¿Qué paz tiene
desde la noche aquella maldecida
que nada ha hallado en mí que no envenene?...
Así es que si la muerte me convida,
bien hará en no tardar.
Más me conviene
la casa nueva que la casa ida.
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