sábado, 19 de octubre de 2019

JULIO TRUJILLO





Este limón



Este limón, lo sé,
cifra en su óvalo apretado
una respuesta.

¡Alforja de agua y vidrio,
mansión
del jeroglíficio!

De su millar de labios
manan
sólo esdrújulas.

No lo entiendo,
su lengua es atropello
y garfios.

Me observa.
No es fácil sostener
tal iris.

Me desespera,
pica, me instiga
y no se calla.

No conoce la calma
este panal de luces:
lo que sabe lo enciende.

¿Qué preguntarle al erudito
bizco
e iracundo?

Este limón me está gritando,
tira de mis patillas,
desenvaina un sable.

Su acero zigzaguea,
me hiere los meñiques:
ha mordido mi lengua.

¿Qué quieres, arrogante?
¿Por qué demueles a punzadas
esta calma?

Acerco el oído,
el codo,
lo escucho con las puntas.

Limón limón,
turbia
chispa del aire.

Limón,
tupida
insinuación.

Devuélvete girando
hacia la médula,
concéntrate.

Oh agrio
mi indescifrable amigo,
olvídame y olvídate.



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