Nadie me cantará como te canto
Nadie
me cantará como te canto,
madre, con una llama que se enciende
en ti y en mi termina. Nadie entiende
la sangre de su fin y de mi llanto.
Yo
no tengo semilla que me cante
en hijos de consuelo, salvadores,
por el tiempo y los hombres, labradores
que vuelvan a sembrar para adelante
la
vida en criatura, y aún en pena,
pasajera, que luego se enardece
en la flor sin memoria ni condena
de
la santa alegría. Aquí se apaga
el agua que se agota en sí, perece
sin salir a la mar que la propaga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario