sábado, 29 de junio de 2013

MARCO ANTONIO MONTES DE OCA



  
Cargamento



     Camino encorvado por mi carga de fantasmas.
     Siento que no haya sangre sino humo en mis entrañas,
     Pero cómo pesa, cómo hunde la pisada de cada pie hasta volverla abismo.
     Cambio mis fantasmas por una tribu de ranas y zarigüeyas,
     Cambio mis fantasmas por un séquito de leones y remolinos;
     Los cambio en verdad por un plato de lava caliente.
     Se hizo arrojadizo el corazón y yo te lo envío
     Antes de que tanto fantasma me vuelva bruma las serviciales
 médulas.
    
     Que un rayo parta al rayo mismo.
     Que la luz de adentro fluya entre mis labios
     Como un bosque de miel para ti que no pesas,
     Para ti que no eres lastre que inventa jorobas para los recién
nacidos.

     Vuelve a la carga mi batallón de flores.
     En la hostia una pequeña fractura denuncia la sangre divina.
     El cielo y la tierra se juntan hasta que sólo los separa
     Un álamo que agita su follaje como un pandero.
     Ya me vence mi muerte, los fantasmas atan mi cuerpo
     En profundos esqueletos de coral.
     Doy vueltas a la noria, conozco mi deber de esclavo,
     Pero no conozco a mi dueño, ni sé por qué estoy aquí.


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