jueves, 3 de abril de 2014

FABIO FIALLO


 


Plenilunio
 

         Por la verde alameda, silenciosos,
                  íbamos ella y yo
la luna tras los montes ascendía,
en la fronda cantaba el ruiseñor.
 

         Y le dije... No sé lo que le dijo
                  mi temblorosa voz...
En el éter detúvose la luna,
interrumpió su canto el ruiseñor,
y la amada gentil, turbada y muda,
                  al cielo interrogó.
 

         ¿Sabéis de esas preguntas misteriosas
                  que una respuesta son?
Guarda, ¡oh, luna, el secreto de mi alma;
                  cállalo, ruiseñor!

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario