sábado, 21 de junio de 2014

MIGUEL ARTECHE SALINAS


 

La encantada

 

La encantada, la ofendida,
La trocada y trastocada,
La que a mí me mudaron
Como árbol sin hojas,
Como sombra sin cuerpo.
Dios sabe si es fantástica o no es fantástica,
Si en el Mundo se encuentra o no se encuentra.
La que veo y se esconde,
La que los niños siempre miran,
La que jamás verán los Mercaderes,
La que aparece
Y desaparece.
La que conmigo muere
Y me desmuere.
La visible,
La invisible
Dulcinea.

 

 

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