miércoles, 20 de agosto de 2014

EMILIO PRADOS


 

¿Vivo del mar?...


 

¿Vivo del mar?...
                          (El mar por mí ha nacido
y al sol del mar mi soledad se acoge.)

Canto a la soledad:
Mar de la soledad ¿por qué no brillas?
Mar de tu soledad vive mi cuerpo.
Mi soledad sin piel también te busca.
¡Soledad soy del mar para cantarte!

Tendido en ti, mi soledad, espero
que al sol de ti mi soledad responda.
-Sobre la soledad del mar que vivo
desnudo en soledad, ¿qué mar se esconde?...

Un mar de angustia en soledad se niega
a darle nombre al mar que estoy cantando;
innominado mar que por mí siento
gemir en soledad de mar que ha sido.

Todo mi cuerpo en soledad abierto,
rindo por verle en soledad su nombre...
Barbecho al sol, mojado por la lluvia
de mi llanto, es el tiempo que le doy.

Antes de ver, mi soledad, la espiga
verde y granada sobre el mar que enciendes:
del mar que vivo al sol del mar que acoges
sé que debo arrancar el mar que espero.

Soledad: ¿de qué mar de ti ha venido
el mar sin nombre en mi que estoy cantando?:
«¡Soledad soy de ti: mar de tu vida!»,
sola en el mar mi soledad responde.

¿Mar de mi vida, el mar sin mí se llama?
¿Vive la soledad, mar de mi cuerpo,
y espera en mí su nombre inesperado?
¡Tan sólo aguardar fue lo que he vivido!

No soy mar, soledad, no soy tu nombre
y canto en ti mi nombre de esperanza.

 

 

 

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