domingo, 25 de septiembre de 2016

CARLOS APREA




la poda



entrado el invierno,
fría la tierra, la corteza fría,
las ramas implorando hacia el cielo plomizo,
el viejo calza sus guantes y prepara
la pinza de podar,

observa en el ciruelo sus extendidas ramas,
recorre el cuerpo que ha dado el tiempo
a la copa desnuda,
sus antiguos nudos, sus bifurcaciones,
adivina una geometría que subyace
oculta a nuestra vista
y comienza, corte a corte,
a volverla visible,

de cada uno de estos cortes
dice,
depende la próxima cosecha.


De: “abrigo”


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