La atalaya
Poema
Aquí
yace por ahora mi silencio.
Se acentúa. De mí, surge la roca
donde el doliente imán por lo que toca:
Se vuelve por la sombra que presencio
de mi bajel errante, que sentencio.
Menos ser celestial, lo que provoca.
La fantasma crisálida que evoca.
Un anónimo beso que potencio.
Atrás veré la muerte donde vaya.
Lejana la panoja de mi verbo.
Perdida la palabra de la aurora.
Al dar por artilugio, la talaya.
Cerca de su sarmiento me conservo.
Obtengo sus medallas de pastora.-
Se acentúa. De mí, surge la roca
donde el doliente imán por lo que toca:
Se vuelve por la sombra que presencio
de mi bajel errante, que sentencio.
Menos ser celestial, lo que provoca.
La fantasma crisálida que evoca.
Un anónimo beso que potencio.
Atrás veré la muerte donde vaya.
Lejana la panoja de mi verbo.
Perdida la palabra de la aurora.
Al dar por artilugio, la talaya.
Cerca de su sarmiento me conservo.
Obtengo sus medallas de pastora.-
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