I
Cuando
a tu sangre nombres, cuerpo, invoca
una sola palabra: sangre llama
a lo que sólo sangre se reclama
desde tus pies al filo de tu boca.
una sola palabra: sangre llama
a lo que sólo sangre se reclama
desde tus pies al filo de tu boca.
Cuando
a tu carne nombres, cuerpo, evoca
la sola carne que a la carne llama,
la que se mira y besa y hiere y ama,
que se penetra y lame, huele y toca.
la sola carne que a la carne llama,
la que se mira y besa y hiere y ama,
que se penetra y lame, huele y toca.
Llámate
cuerpo a secas, no te esmeres
en ser de otras palabras reflejo,
la oscura huella, su inasible sombra.
en ser de otras palabras reflejo,
la oscura huella, su inasible sombra.
Quédate
cuerpo a solas y no esperes
ser otra cosa que el desnudo espejo
de la sola palabra que te nombra.
ser otra cosa que el desnudo espejo
de la sola palabra que te nombra.
De: “Sonetos para un cuerpo ajeno y propio”
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