sábado, 28 de abril de 2018

FERNANDO DEL PASO





I



Cuando a tu sangre nombres, cuerpo, invoca
una sola palabra: sangre llama
a lo que sólo sangre se reclama
desde tus pies al filo de tu boca.

Cuando a tu carne nombres, cuerpo, evoca
la sola carne que a la carne llama,
la que se mira y besa y hiere y ama,
que se penetra y lame, huele y toca.

Llámate cuerpo a secas, no te esmeres
en ser de otras palabras reflejo,
la oscura huella, su inasible sombra.

Quédate cuerpo a solas y no esperes
ser otra cosa que el desnudo espejo
de la sola palabra que te nombra.


De: “Sonetos para un cuerpo ajeno y propio”



No hay comentarios:

Publicar un comentario