jueves, 10 de septiembre de 2020

CARLOS RIGBY




Si yo fuera Mayo



Si yo fuera Mayo
Si todos los sucesos del calendario
fuesen sim-sáima-sima-ló con hojas caídas
y
un negrito y una negrita
serpenteando la cadera
hacia la madrugada
con o sin luna
sobre el techo del mundo
al son del “zopilote
que desenvaina
su yarda y media
contra la hija
de doña nedia
y shique shaque shiqui shaque
rempujando rempujando y rempujando
hasta que que…”
entonces tendríamos
razón suficiente
para contemplar las cosas
desde el ángulo-patas-arriba
del murciélago
colgado desde el cielo-raso del universo
cargado de días
incluyendo también
el del primero de mayo
en todo el mundo:
con desfiles
carteles
portadores de carteles
manifestantes
las palabras manifestantes
las palabras manifestantes

pero desoídas desamadas descachimbadas
dentro del orgullo
de tantos trabajadores
que aunque siendo tales
no todos comen pan
ni sudan de la frente
ni tendrán un aumento de sueldo
ni mucho menos nuevas promociones
hacia el antiguo oficio de hacer dinero
dentro de las marchas y protestas
por máyaya lasiqui má-yaya-o…
con los pies de los policías
bailando sin querer: sim-sáima-sima-ló
entonces yo bailaría
contento
en el centro de la rueda de mayo
con mi danza haciéndose agua
y mi soledad
una con las lluvias de la primavera
ya por fin entendido en lo verde
comprendiendo la voz del pueblo
—que es la voz de Dios—
gritando desde lo alto de un palo-de-mayo:
máyaya lasiqui máyaya-ooo…


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