domingo, 24 de enero de 2021

JOHN DONNE

 

 

 

Usura de amor




Por cada hora que ahora me concedas,
                te entregaré,
Dios usurero del Amor, a ti, veinte,
cuando a mis cabellos negros los grises sean iguales.
Hasta entonces, Amor, deja que mi cuerpo reine, y deja 
que viaje, me quede, aproveche, intrigue, posea, olvide;
la del año anterior retorne, y piense que aún
                no nos conocíamos.

Deja que imagine mía la misiva de cualquier rival,
                y nueve horas después cumpla la promesa 
de la media noche. En el camino tome
a doncella por señora, y a ésta le hable del retraso.
Deja que a ninguna ame, ni a la diversión siquiera.
Desde la hierba del campo hasta las confituras de la Corte
o fruslería de la urbe, deja que informes 
                a mi mente la transporten.

Esta oferta es buena. Si, cuando viejo, por ti
                soy inflamado;
si tu honor, mi pudor o mi dolor
codicias, más a esa edad podrás ganar. 
Haz tu voluntad entonces; entonces objeto y grado,
y frutos del amor. Amor, a ti someto.
Déjame hasta entonces. Lo acataré, aunque se trate
                de una que me ame.


Versión de Purificación Ribes

 

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