Boca de llanto, me llaman...
Boca
de llanto, me llaman
tus
pupilas negras,
me
reclaman. Tus labios
sin
ti me besan.
¡Cómo
has podido tener
la
misma mirada negra
con
esos ojos
que
ahora llevas!
Sonreíste.
¡Qué silencio,
qué
falta de fiesta!
¡Cómo
me puse a buscarte
en
tu sonrisa, cabeza
de
tierra,
labios
de tristeza!
No
lloras, no llorarías
aunque
quisieras;
tienes
el rostro apagado
de
las ciegas.
Puedes
reír. Yo te dejo
reír,
aunque no puedas.
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