Alicia
en mi ciudad
Los
espejos ocultos están frente al Paseo del Prado
para
que tú los atravieses.
Del
otro lado esperan todas las ilusiones
las
piedras en el centro de otro orden
los
rastros y los pasos.
Los
espejos descubren los caminos
sin
saber demasiado hacia dónde
penetran
en las estridencias de los sueños
fantásticos
como nunca antes
ilusorios
reales
para los que olvidaron la esperanza.
El
azogue de los espejos parece
una
tentación a la que pocos renuncian
los
otros yacen sobre las baldosas
sin
tiempo para más
esperando
en la raíces de una ciudad
que
cada día se evade
sin
dejar de ser ella.
Suplantada
acartonada
enmascarada
y
sin embargo ella bajo toda escenografía
creada
encallecida
abandonada
hermosa
para siempre
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