Eternidades
Vino
primero pura,
vestida de inocencia;
y la amé como un niño.
vestida de inocencia;
y la amé como un niño.
Luego
se fue vistiendo
de no sé qué ropajes;
y la fui odiando sin saberlo.
de no sé qué ropajes;
y la fui odiando sin saberlo.
Llegó
a ser una reina
fastuosa de tesoros...
¡Qué iracundia de yel y sin sentido!
fastuosa de tesoros...
¡Qué iracundia de yel y sin sentido!
Más
se fue desnudando
y yo le sonreía.
y yo le sonreía.
Se
quedó con la túnica
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
de su inocencia antigua.
Creí de nuevo en ella.
Y
se quitó la túnica
y apareció desnuda toda.
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!
y apareció desnuda toda.
¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!
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