martes, 2 de julio de 2013

EDUARDO MITRE




Deshora

                        polvo serán, mas polvo enamorado
                                             Francisco de Quevedo


La cercanía infranqueable entre sus cuerpos.
Un puente de miradas donde se cruzan
y se separan.
                            En sus labios:
un vaivén de palabras
o de silencios
-no la lenta fragua del beso.
No el hondo goce
                                    ni la dicha tersa
de las desnudeces enlazadas:
sólo el roce eléctrico
de los muslos que se adivinan.

Sólo el asombro de conocerse
en la esquina
de los tardíos encuentros.

Y el sueño donde quizá se poseen
al lado
de otro cuerpo que duerme.

Y el carbón del deseo
que ha de volverse sin duda
puro diamante

al precio de no haber sido nunca
los dos el mismo leño
la húmeda llama
                                  en el lecho
                                                         de esta única vida.

De "Líneas de Otoño"


No hay comentarios:

Publicar un comentario