II
Amada,
la noche llega;
las
ramas que se columpian
hablan
de las hojas secas
y de
las flores difuntas.
Abre
tus labios de ninfa,
dime
en tu lengua de musa:
.recuerdas
la dulce historia
de
las pasadas venturas?
;Yo
la recuerdo! La niña
de la
cabellera bruna
está
en la cita temblando
llena
de amor y de angustia.
Los
efluvios otoñales
van
en el aura nocturna,
que
hace estremecerse el nido
en
que una tórtola arrulla.
Entre
las ansias ardientes
y las
caricias profundas,
ha
sentido el galán celos
que
el corazón le torturan.
Ella
llora, él la maldice,
pero
las bocas se juntan. . .
En
tanto los aires vuelan
y los
aromas ondulan;
se
inclinan las ramas trémulas
y
parece que murmuran
algo
de las hojas secas
y de
las flores difuntas.
De: Rimas (1887)
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