Cada uno
Cada
uno construye su casa como quiere.
La pone
sobre el aire,
la
siembra en la cintura de la luna
o
encima de las olas.
Cada
uno
la
pinta de manera diferente,
la baña
con el cielo
y el
oro verdidulce de la tarde.
La
llena de jilgueros,
de
música y hortensias.
Encima
del verano la edifica.
Le pone
una ventana al horizonte,
una
terraza al mar
y un
pájaro de bronce en el tejado.
Cada uno
la
salva de la furia del invierno,
le pone
verjas altas,
faroles
importados de Neptuno,
estufas
de Chicago
y
espejos fabricados en Arabia.
Cada
uno la mide y la corrige.
En
forma vertical la va agrandando.
Le pone
un tiembre eléctrico
y un
número de plata.
La
cuida del mendigo que la ensucia,
del
niño que le roba una gardenia,
del
pobre que la mira.
Cada
uno acomoda su casa a su manera,
presume
y aparenta,
construye
su existencia tontamente
con
trapos, pergaminos y billetes,
con
vigas antisísmicas
coñac y
pararrayos.
Qué
lástima pero ninguno
construye
a su medida su refugio
con
sólo la verdad de cada día
y el
sol bien compartido.
Qué
lástima que nadie se haga casas
a
prueba de mentiras, olvido y desamor.
Yo
quiero hacer mi casa a mi manera
sin
puertas ni cortinas.
La quiero
dulce y tibia
en
medio del camino de tus brazos.
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